miércoles, 6 de febrero de 2013

SOBRECOGEDOR

No; no voy a tratar en profundidad el tema de los sobres de Bárcenas y Cía. Sé que quizás debería (¡ah, el deber!), pero también sé que cuando me llevan los demonios pienso (y escribo) peor que de costumbre, así que me limitaré a esbozar un breve apunte semántico. Creo que en los últimos días se está desvirtuando hasta tal punto el adjetivo "sobrecogedor" que, a título personal, prefiero seguir reservándolo para los relatos de Poe, las películas de Hitchcock, los poemas de Celan o la música de Wagner. A "los otros" prefiero designarlos directamente como presuntos mafiosos, que es lo suyo. Y que conste que lo de "presuntos" es por si a Aznar le diera por querellarse contra mi blog, que el tío ya ha hecho sus advertencias/amenazas. No es que estos señores sean sobrecogedores, oigan: es que como mucho son unos sinvergüenzas. Los adjetivos interesantes también hay que ganárselos, y me temo que en "B" no vale. Hagamos todo lo posible por mantener lo sobrecogedor al margen de tanta caspa. Ya estamos bastante pringados: que no nos pringuen también el lenguaje.