jueves, 21 de febrero de 2013

EN EL ESTANCO


Aprovechando el escándalo de la carne de caballo, decido acusar veladamente y en tono jocoso a la estanquera: “Usted no me estará vendiendo tabaco chino adulterado, ¿verdad?”. Ella –un encanto de mujer, por cierto– me contesta con una sonrisa pícara y tranquilizadora: “Qué va, hombre; aquí sólo vendemos tabaco del bueno”.
El mundo es un oxímoron esférico.