jueves, 4 de diciembre de 2014

CARTA AL DIRECTOR


        Estimado señor Director General:


       Han sido muchas y diversas las conjeturas de sus empleados –mis compañeros– acerca de las sanciones dictaminadas por mi persona en la última semana. Dando por supuesto que habrán llegado a sus oídos algunas de estas especulaciones, creo oportuno informarle, en calidad de Subdirector, a este respecto. En primer lugar deseo hacerle saber que mañana por la tarde presentaré mi dimisión del cargo, a todo efecto irrevocable. Admito, en segundo lugar, que quizás me he extralimitado en mis funciones durante la gestión de esta crisis, y le pido disculpas por ello. Mi intención era, inicialmente, dar una lección ejemplar al Consejero Asociado R. Ramírez –comprenderá usted (así me lo ha enseñado) que una manzana podrida puede echar a perder todo el cesto–. Poco podía yo imaginar que los defensores del susodicho serían tantos, y le aseguro que tampoco pude prever las consecuencias. Asumo la responsabilidad en caso de emprenderse acciones legales contra nuestra sociedad o sus accionistas. Me he limitado, en la medida de mis posibilidades, a preservar la autoridad de los directivos de la empresa. Ignoro si he estado a la altura de las circunstancias, pero en cualquier caso deseo manifestarle mi gratitud por la confianza que usted ha depositado en mí desde el mismo día de mi nombramiento.
     Mañana a las 9:00 a.m. procederé a desmantelar el patíbulo instalado en el patio central. Atentamente

       Carlos Regosa.

       P. D. Los cadáveres han sido debidamente incinerados.