Mínimo
apunte teórico a propósito de la penúltima entrada de este blog:
“(…)
Ese pasado es inmemorial precisamente porque jamás fue presente; o porque jamás
pasó ni aconteció; o porque nunca sucedió. Y sin embargo, precisamente por no
haber sido nunca, ni haber existido
(ni acontecido ni sucedido) por eso mismo es lo que es: algo que, por llamarlo
de algún modo, debe determinarse como pasado
inmemorial.
(…)
Ese
pasado nunca fue; pero en su pura y
espectral inexistencia insiste en ser pasado; y sólo pasado. Es un pasado que siempre fue, que siempre fue eso:
eternamente pasado. O que jamás nunca fue otra cosa que pasado (y sólo
pasado).”
(Eugenio
Trías, El hilo de la verdad).