Dícese
de aquella construcción sintáctica, generalmente (aunque no siempre) escrita
por un Autor de indudable calidad literaria, cuyo grado de perfección termina
por hacer mella –véase Síndrome de
Stendhal– en la siempre atribulada mente del escritor-cachorro, al que no
le queda más remedio que asumir, tras haberla releído varias veces, su evidente
condición de mero aprendiz en el noble arte de juntar palabras. (≈ Orgasmo
intelectual).
Ej.
“(…) tan impresionado se sentía ante la maravilla de aquel breve abismo de
realidad absoluta abierto entre dos falsas llamaradas de vida ficticia”.
(V.
Nabokov, Ada o el ardor).