lunes, 12 de noviembre de 2012

LOS BLOGS Y EL FUELLE


Una vieja amiga me recuerda que los blogs, en general, están perdiendo fuelle. No le falta razón. De eso mismo se quejaba Enrique Vila-Matas en un artículo relativamente reciente; quizás las redes sociales han terminado por fagocitar un fenómeno que por otra parte   –cedamos ahora el turno a la sinceridad– tampoco ha terminado de atraparme por completo. Y es que tengo la sensación de que la inmensa mayoría de blogueros (entre los cuales me incluyo) guarda para sí, consciente o inconscientemente, sus escritos más logrados, limitándose al blog-como-banco-de-pruebas, al blog-como-depósito-de-intuiciones, o al blog-como-mero-divertimento. Hay excepciones, claro está, como las había (y las seguirá habiendo) en lo referente a los diarios, aforismos, fragmentos, etc., de ciertos autores, que en ocasiones igualan o incluso superan en calidad y magnitud a la producción restante. Últimamente me llama la atención la faceta bloguera de Andrés Neuman, ese señor que a base de Microrréplicas parece empeñado en contradecir, por el bien de todos, la tónica general: he aquí el caso de un novelista más que decente, un cuentista notable, y un bloguero definitivamente delicioso. No se lo pierdan. Es gratis.