lunes, 7 de enero de 2013

EL NO


No es fácil convivir con el no, me cuenta el parado de larga duración, el no tenemos trabajo para usted, el hoy no, vuelva usted mañana, el no aceptamos currículums, el no aceptamos manuscritos no solicitados, el no lo aceptamos a usted por más que venga aquí a llorar, a suplicar, a humillarse. Porque uno se humilla ya teniendo que trabajar, como para no humillarse teniendo que mendigar un empleo. El no es una forma de vida y uno tiene que amoldarse. Entonces llegan el no madrugo, el no paseo por centros comerciales ni por ningún otro sitio diseñado para comprar, el no relacionarse apenas con nadie, el no recuerdo quién o qué soy ahora exactamente, qué era, qué fui. El no voy a ser, que es horrendo. El qué no voy a ser, que pierde importancia a medida que los días se igualan en su vacío inservible.
No apague usted su grabadora, me dice el parado de larga duración, deje que le explique cómo es el no. Y a continuación enciende un cigarrillo, se levanta y se va.