jueves, 26 de junio de 2014

UNA HISTORIA TRISTE


        Ahora que vamos a cerrar la peluquería puedo contarte la historia de Jonás, pero sólo si prometes no reírte, porque, aunque pueda parecer graciosa, en realidad es una historia un poco triste.
       Verás, cuando tu padre y yo abrimos este negocio –tú ni siquiera habías nacido– venía toda clase de gente desde cada rincón de la ciudad; sabían que cortábamos y afeitábamos como nadie, así que nuestra clientela era muy fiel. Pues bien, el más fiel de todos fue Jonás, que durante treinta y dos años vino siempre a cortarse el pelo con nosotros, invariablemente, como mínimo una vez al mes. Jonás siempre nos contaba sus historias de cuando había sido marinero; nos hablaba de océanos inexplorados, de puertos sin nombre, y nos reíamos mucho con él, pero a veces también asentíamos compungidos, sobre todo cuando relataba accidentadas travesías en las que habían naufragado algunos de sus compañeros. Esto era triste.
     Los años fueron pasando y Jonás encanecía. Al principio sólo podían adivinarse unos cuantos pelos grises encima de sus orejas; más tarde, toda su melena se había vuelto completamente blanca. Y claro, llegó el momento en que empezó a caérsele el pelo. Él parecía no darse cuenta, pero se acercaba el día en que dejaría de precisar nuestros servicios.
       Aquella tarde, Jonás entró en la peluquería –ya totalmente calvo– y se sentó a esperar su turno. Tu padre y yo no comprendíamos qué hacía allí, pero tampoco nos atrevimos a decirle nada porque no queríamos herir sus sentimientos –él siempre había estado muy orgulloso de su melena–. Cuando por fin le tocó acomodarse –por cierto, en ese mismo sillón que hace un rato llevamos al camión de mudanzas– Jonás sacó de su bolso de cuero una peluca negra como el carbón. Cuidadosamente la ajustó a su cabeza, tomándose su tiempo, conjurando la vergüenza, y entonces le dijo a tu padre: –Córtame sólo las puntas, Amancio. Tengo el pelo un poco castigado por culpa del mar.
       Y tu padre, como había hecho durante tantos años, le cortó el pelo a Jonás.