lunes, 30 de junio de 2014

LA VERGÜENZA


       La niña se escapa de los brazos de su padre y corre hacia la orilla para meterse nuevamente en el agua. Éste recibe una señal de la madre (déjala ir, no importa) y vuelve a cobijarse bajo la sombrilla.
     En el agua chapotea otro niño. La niña se le acerca nadando y pregunta su nombre: “¿Cómo te llamas?”. El niño se vuelve sin responder y, zambulléndose avergonzado, oculta su rubor en el mar. En cuanto sube a la superficie, la niña reformula su monólogo forzoso: “Dime tu nombre, por favor”, pero el niño reanuda rápidamente la inmersión, esta vez algo más prolongada que la anterior. Cuando su cogote emerge de las aguas, la niña, empeñada en su intento de socializar, vocifera por última vez una interrogación desesperada: “¡¿Quieres ser mi amigo?!”, pero el niño renuncia a la invitación escondiendo una vez más sus facciones en el mar.
     A las ocho de la tarde, la niña sube al coche para volver a casa. Unos metros más abajo, muerto de vergüenza, un cogote inerte es zarandeado por la marea.