lunes, 13 de mayo de 2013

FUERON, SON, SERÁN


Si Elias Canetti no se equivocaba y el metamorfosearse consiste en acoger simultáneamente dentro de sí la multiplicidad disgregadora de pulsiones y voliciones que nos ha conformado –y aun nos conforma y conformará– sin renunciar a la unidad esencial del espíritu, entonces espero ser algún día ese señor que detenga sus ojos cansados en estas páginas para sentenciar: “Si alguna vez pensé todas estas estupideces es porque tuvieron, tienen, tendrán cierto sentido; y además no sólo son mías, sino que también fueron, son, serán yo”. Aunque yo sea a partir de entonces, irremediablemente, él o cualquier otra cosa.