lunes, 3 de diciembre de 2012

UN NUEVO INTERROGANTE


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Hace un par de semanas mi padre me hacía la clásica pregunta: ¿qué libro te llevarías a una isla desierta? Mi respuesta, tan caprichosa como cualquier otra, carece de interés. Sin embargo, desde que tenemos noticia de la (in)existencia de la isla Sandy se me ocurre que quizás sea el momento de afrontar un nuevo interrogante: ¿qué isla desierta nos llevaríamos a un libro?
(2)
Me sorprende comprobar que en La corte estupenda –el no menos estupendo blog de Sara Arias García– se me compara con un preso. Me sorprende y me encanta, porque siempre he pensado en la escritura como cárcel, y en la cárcel como isla desierta, y en la isla desierta como contenido fantasma de un libro que nadie lee. Por suerte algunos todavía son capaces de ver belleza en todo esto. Se agradece.
(3)
Vayamos entonces al grano: ¿qué isla desierta me llevaría a un libro? Pues miren, pensándolo mejor creo que el nuevo interrogante es tan absurdo como el clásico, porque, si puedo fiarme de mi propia argumentación, todo parece indicar que la isla y el libro son en realidad la misma cosa: una cárcel estupenda. Eso debí haberle dicho a mi padre. Eso le digo desde este blog a Sara. Y a ustedes les digo: no dejen de creer en Sandy.